Chefchaouen

San Agustín de Hipona afirmaba que “El mundo es un libro, y aquellos que no viajan sólo leen una página”. Efectivamente, no hay más que desplazarnos a lo largo y ancho de este planeta para descubrir nuevas culturas o sorpresas inusuales. Como la ciudad marroquí de Chefchaouen cuya singular historia encontramos hoy a través de al bitácora Páginas Árabes. Chefchaouen o Chaouen es un municipio ubicado al noroeste de Marruecos, muy cerca de las montañas del Rif. Su nombre alude a dos picos visibles cerca de la ciudad, conocidos como “Los cuernos” o “Accawen”. En un principio el nombre era Shawen, pero se convirtió en Chaouen por influencia francesa. 

El origen de esta localidad se remonta a finales del siglo XV cuando musulmanes y judíos fueron expulsados de la Península Ibérica. Una vez asentados construyeron una ciudad que guarda grandes similitudes con cualquier pueblo del sur de nuestro país, exceptuando el color azul de sus casas, que es pintado constantemente.

Pero sin duda, lo que hace especial a Chefchaouen es su aislamiento del mundo durante casi 500 años. Su condición de ciudad sagrada le valió el privilegio de permanecer cerrada a los extranjeros hasta comienzos del siglo XX cuando tropas españolas invadieron la ciudad. El tratado hispano-francés de 1912 permitió que la ciudad estuviese bajo influjo español, por lo que sus habitantes hablan castellano.

Chefchaouen actualmente se separa en dos núcleos asentados sobre un valle. El núcleo antiguo está intacto y en él destaca la plaza de Uta-El Hammam donde se asientan una fortaleza y una mezquita con el minarete octogonal. Además destaca la mezquita de los anadalusíes, llamada así porque fueron exiliados de Al-Andalus quienes la fundaron. A día de hoy la ciudad es un bello rincón para encontrar la quietud y descubrir la artesanía del norte de Marruecos.

By: abc.es